EUROPA
PRESS
5 julio
2016
Investigadores de la Universidad de Clemson
en Carolina del Sur (Estados Unidos) han descubierto que la gente suele comer
menos cuando llevan la cuenta de cada bocado que dan gracias a un contador que
han desarrollado y que el comensal puede llevar en la muñeca.
Así se desprende de los
resultados de un estudio en la revista 'Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics',
que muestran como la clave de mantener la pérdida de peso parece estar en el
autocontrol, según ha destacado Eric Muth, uno de sus
creadores.
Este experto y su equipo
desarrollaron hace años un dispositivo capaz de contabilizar los bocados que
uno va dando mientras come. Aunque este contador no sirve para elegir alimentos
más sanos, sí permite al consumidor "saber si debe seguir comiendo o debe
dejar el plato a un lado para evitar comer más de la cuenta".
En su investigación
incluyeron dos trabajos con 94 y 99 participantes, la mayoría mujeres de 19
años de edad y con un índice de masa corporal (IMC) de 23, lo que indica que
estaban en el límite de su peso normal.
Los sujetos comían juntos
en un laboratorio diseñado para simular el ambiente de un restaurante y, además
de los contadores de bocados, también se monitorizaron otros indicadores de los
participantes como una estimación de las calorías ingeridas.
En el primer estudio se vio
si la ingesta variaba al conocer los bocados que iban dando gracias al
dispositivo, estableciendo además platos de diferentes tamaños. Así, vieron que
quienes sólo comían de grandes platos solía coger una media de 4,5 porciones
más que quienes comen en platos pequeños con independencia de si llevaban la
cuenta de los bocados.
Sin embargo, las personas
que comen de platos grandes o pequeños redujeron su ingesta de forma
significativa cuando los iban contando, con una media de cinco porciones menos.
El segundo estudio también
utilizaba platos grandes y pequeños y dispositivos para contar bocados, pero se
les pidió que se quedaran en 12 o 22 bocados. Hubo más gente que se quedó en la
meta más baja, si bien es cierto que estos fueron los que solían cargar más las
porciones, por lo que al final la ingesta calórica fue similar.
Clare Collins, profesora de
Nutrición y Dietética de la Universidad de Newcastle en Australia, reconoce que
estos datos podrían haber cambiado si el estudio se realizara en un grupo con
sobrepeso, si bien admite que la automonitorización
de los alimentos es una forma de "ser conscientes de lo que uno come y
bebe".